Sin duda el hecho de abandonar la tirrea donde uno ha nacido, forzado por la necesidad o el deseo de mejorar las condiciones de vida es duro, pero el modelo de inmigracif3n espaf1ol; pese a haber podido aprender de las experiencias de otros paises que pasaron antes por una situacif3n parecida, como mednimo es irresponsable.Ademe1s de irresponsable, por las falsas expectativas que ha creado en los inmigrantes y por la forma absolutamente ultraliberal que se ha producido, no tiene el care1cter solidario que se pretende transmitir, sino que en la mayoreda de los casos sirve exclusivamente a intereses econf3micos de los grandes grupos de capital y de ciertas e9lites poledticas, dejando de lado cualquier aspecto social.Todo ello ademe1s obviando el punto de vista de la sociedad receptora, que lleva manifestando su preocupacif3n a trave9s de; por ejemplo; las encuestas del CIS, lo que deja; a mi juicio; mucho que desear desde el punto de vista democre1tico, aspecto e9ste que debereda tener un reflejo en las urnas.Sin duda el sindrome de Ulises; y alguno me1s; tendre1 una presa fe1cil en aquellas personas que tras venir a Espaf1a, se encuentren con que lo que consideraban que iba a ser su ascenso a los cielos se convierte en un descenso a los infiernos.Pero en el otro extremo se encuentran no pocos ciudadanos espaf1oles que de la noche a la maf1ana se han visto obligados a convivir con costumbres y he1bitos muy distintos y no siempre compatibles con los suyos, convirtiendo su vida cotidiana en algo difedcil de digerir.Hablando de digestiones veremos como se digiere el fenf3meno dentro de unos meses, cuando el desempleo comience a dejarse sentir entre la poblacif3n, veremos si no nos salen varios sedndromes me1s y algfan sarpullido.Debe producirse un amplio debate social y poledtico respecto al modelo de inmigracif3n que la sociedad espaf1ola quiere y puede asumir, del que derive una poledtica de consenso entre los grandes partidos, que permita canalizar de manera pacedfica los flujos migratorios.